Un día soleado como el de hoy, 25 años atrás, recuerdo que fuí parte de un pueblo felíz.
Nuestra felicidad no era el producto de planes a la vagancia, ni de promesas de oscuras partidas de dinero a la agrupación X. No era la exaltación por execrar al opositor, ni por saberse el destinatario de baratijas de colores con las que pagarían nuestras voluntades.
La política "ese" día de Octubre, nos resultaba a todos una aventura maravillosa, una promesa de dignidad, un impulso libertario sin precio.
Yo no voté al Dr. Alfonsin.. en ese momento lo miraba con desconfianza. La propaganda de Coca Cola y Alfonsin ( donde el peronismo ya mostraba su hilacha )había pegado fuerte en los corazones veinteañeros que comenzábamos a enterarnos de que existían "las multinacionales" y escuchabamos como antídoto a Quilapayún.
Mi voto fué para el Dr. Alende.. otro de los contados políticos que con el correr del tiempo devino en prócer.
Fué un momento histórico en el que por única y última vez, los argentinos nos sentimos " pueblo " , sociedad mancomunada, civilizada y respetuosa de las diferencias.
Ver una plaza colmada de gente felíz que recibe con aplausos a columnas del partido derrotado es algo que sin dudas otras generaciones nos envidiarán.
El resto es historia conocida...
Lo que padecemos hoy no nació de un repollo con los K.
El peronismo jamás aceptó al "otro". Su más peligrosa patología reside en la profunda negación ( y necesario boicot ) hacia todo aquello que no haya sido engendrado en su amplio vientre.
Gracias Dr. Alfonsín.
Gracias por darme el privilegio de haber tenido un Presidente que no ha sido procesado por la Justicia.
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